Le
dice MIEL, la perra de los Pompeyo Flórez a la gata Chuchi.
- No
creas que porque saltas comerás más que yo, no creas que porque tú te subes en
la cama de los amos vivirás más que yo.
A lo
que Chuchi reposada y enrollada sobre sus patas delanteras, como quien no
quiere abrir sus ojos después de trasnochar, contesta con esa frescura de quien
ha dormido babeándose la almohada.
- No
tengo respuesta para tan torpes preguntas, porque no me corresponde saber del
futuro sino gozar el presente, mientras tú te preocupas de mi suerte, mis amos me arrullan y me sirven proteína y
leche, ronroneo y con mi suave piel y sin Maullar entienden lo que quiero, subo
a la barra de la cocina y salchicha cocida me entregan, en cambio tú, puerca y
garrapatosa te has vuelto, te haces pis en la entrada y regaños por doquier
recibes, la puerta te han cerrado y mi amo sin hablar te aleja, duermes en el
patio sin privilegios y torpe y bruta te consideran.En
medio de tal discusión de repente llega BLANCA, la pitbull, cuyos amos son los
Álzate Flórez con paso firme y pecho afuera, con un estilo de quien camina
sobre nubes, orgullosa de sus caderas.
- ¿Cuál
es la peleadera entre ustedes? ¿Qué es lo que pasa?
- Nada
BLANCA, aquí que MIEL anda aburrida porque ni la dejan subir ahora y entonces
se enoja conmigo y me busca pelea.
- ¡Ganas
de pelearse! por eso es que esta flaca y
ojerosa, ni aquí ni allá, ¡anda con una cara esa perra! En cambio yo toda
robusta y caderona, los perros me miran y me desean, ya mi dueña me tiene un
novio y solo espero con ansias y me imagino lo que me espera afuera. Dejen de
pelar no parecen hermanas, como llegue Pompeyo las hecha a correa.
MIEL
con mirada incomoda y jadeando de ira, se contuvo cuanto pudo y entonces dijo:
- ¡Mira!
por qué no te callas y te largas y respetas, aquí estamos las que vivimos
arriba y si estoy flaca a ti eso no te interesa, vete a buscar marido y que te
claven los que quieran, a mi déjame tranquila que la discusión es con esta gata
y no con la que reparte cadera.
- ¡Oye!
¿pero qué te pasa? Que culpa tengo yo de tú genio, ya tú no eres MIEL, tú como
que eres la que se toma el Jengibre del amo.
Sueltas picante y estas más delgada que lombriz de tierra.
Ladrando
como toda una patrona, sube FIFI, la Primera, la más vieja de todas, traída por
el mismísimo patrón de patrones, el señor FLÓREZ, sus ladridos son ley sin
placa de Sherif, es la mandona.
- A
ver ¿coméntenme que está pasando y por qué se están peleando, no les he hablado
ya sobre esto?
Mira
FIFI lo que ocurre es que estaba discutiendo con Chuchi y ya tú conoces a
BLANCA que no sé de qué se las pica, porque por lo menos yo vivo aquí, y a ella
sus amos ni siquiera la recogen, hasta donde yo sé, los Álzate Flórez viven
como a cien metros de aquí, Sapa es lo que es, porque en vez de ayudar lo que
viene es a picárselas de sus maridos, que se la lleven para que la claven si es
lo que quiere la come concentrado esa. ¡El día que coma pollo se muere!
BLANCA
levanto su mandíbula, dando un ladrido miro toda sería, Miel no se amilanó y
sin quitarle la mirada se movió un poco a la puerta, allí estaba FIFI,
repartiendo justicia, confiaba en ella.
De
repente sube DOUGLAS, traído igualmente por el señor FLOREZ, macho de cara ñata
y patas largas, bendito entre las perras, cual rey de las selvas, de raza bóxer
que como todo un alemán engreído, olvidaba sumisión, pues la líder era la
mandona. Cual exaltado llego con voz de tenor queriendo dar órdenes.
-
¿Cuéntame FIFI, que tenemos?
-
Tenemos es mucha gente, bájate de esa nube conmigo.
Cual
coreografía sincronizada todos movieron su cabeza, como quien no quiere perder
el movimiento de la pelota de tenis y mirando la ya repetida escena. Otra vez a
este Douglas le van a cantar la cartilla, pensaron todas.
- Bueno entonces dime tu Blanca, ¿por
qué no sabía de esta reunión?
- ¡No es reunión dijeron todas!”.
- Mira
pedazo de perro, nadie te ha llamado y si te distes cuenta estamos las perras y
la gata, así que, por qué no bajas a ladrar como siempre en la reja, que eso es
para lo único que medio sirves y más cuando nadie te asecha.
- Oye FIFI,
amiga, deje la agresividad, te recuerdo que yo soy el macho de las casa y en
todos los asuntos debe estar pendiente que nada ocurra y sin novedad. Así que
empieza a decirme que ocurre y échate hacia atrás.
- Macho.
Tremendo macho para lo que quedaste, o se te olvida que te castraron y no
siquiera a MIEL has montado. Pura
guindareja es lo que has quedado, así por qué mejor no te bajas y nos dejas que
nosotras solas arreglamos esto, vete donde el amo a que te de tu comidita en la
boquita.
- Calma tus
celos, no tengo culpa que ande más conmigo que con cualquiera de ustedes.
- Bueno entre castrados se entienden.
Dijo FIFI.
- ¡aaaa! Ya esta pelea entre perros me aburrió, dijo
Chuchi, mejor me voy. Ustedes todas son iguales y hasta el perro tomo clases
con la Parody.
Chuchi
brinco al módulo del TV y subió hasta lo más alto, se pasó a la mesa del Computador
y brinco de allí a la barra de la
cocina, Douglas Ladró y lanzó manotazo, Blanca intentó con salto alto atraparla
en su vuelo y se golpeó con el mesón de la barra
- ¡DETENTE!
Grito FIFI.
Chuchi les clavo su intensa mirada, orejas
tiesas y ojos fruncidos, bigotes hacia atrás indicaban su malestar. FIFI dio
un paso atrás pero el atrevido de DOUGLAS se lanzó otra vez hacia ella, quien
inmediatamente salto y suazzz, zarpazo en la cara del perro.
- Retrocede perro torpe, te dije que te
fueras perro bobo, dijo FIFI
CHUCHI
nuevamente se tranquilizó y se recostó, moviendo su cola y esperado como
atalaya una oportunidad para que una vez abierta la puerta del cuarto ingresar
en él sin tiempo que perder.
Sin
embargo, aún faltaba un miembro más de la familia canina, se extrañaba la falta
de presencia de LOLA, alias “Pinscher la Destructora”, quien había desbancado a
todas y todos, era la pechichona, tratada cual reina sobre su nicho, comía y
dormía en el lugar deseado, no había regaño sobre ella, en el piso, en la cama
o montada sobre el hombro de su amo, tenía dominio, se creía la diosa.
LOLA,
tan solo tenía unos meses en la casa, y desde inicio se sentía la dueña y por
lo general hacia lo que quería, con su andar característico, con trote de
caballo galopante, algunas veces, bamboleando sus cuartos delanteros, dando
salticos llego a la escena, FIFI le abrió paso, DOUGLAS se postro y BLANCA se
sentó, MIEL mantuvo su postura, hacía rato se hallaba echada como si nada fuera
con ella, armo el bochinche y como toda floja, cual sirena de mar sus patas
estiro y boca bostezo.
Lola
Vio a CHUCHi y entonces pregunto:
- ¿Aja amiga que hace por allá arriba?
- Estos
animales que no viven aquí y viene a molestar, ya le di su zarpazo al tonto de
DOUGLAS para que respete.
- Ustedes
aun no entienden que nada tiene que hacer acá arriba y tu MIEL de qué manera te
lo explico, tu puedes ser muy Pompeyo pero el amo quiere que estés abajo ¿acaso
no sabes eso?
Pasos
gigantes se escucharon subiendo escaleras, entonces como despavoridas BLANCA
inmediatamente se escabullo, FIFI dio la vuelta, MIEL se escondió bajo de las
patas de la mesa del comedor, DOUGLAS cual perro capado salió apenado, CHUCHI
bajo del mesón y camino a los pies del amo, sobo su lomo sobre su pantalones y
LOLA la abrazo.
- Ay amiga que haría sin ti, dame un
abrazo, me siento feliz.
LOLA
abrazo a CHUCHI, gata y perra se juntaron, un lazo de cariño floreció, desde
muy chica cuando llego, fue CHUCHI quien la adopto, casualmente cuando sus gaticas
perdió, LOLA criada como felina, distintas especies amigas son.
FIN.
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