jueves, 12 de enero de 2017

Mis Mascotas

Le dice MIEL, la perra de los Pompeyo Flórez a la gata Chuchi.

-       No creas que porque saltas comerás más que yo, no creas que porque tú te subes en la cama de los amos vivirás más que yo.

A lo que Chuchi reposada y enrollada sobre sus patas delanteras, como quien no quiere abrir sus ojos después de trasnochar, contesta con esa frescura de quien ha dormido babeándose la almohada.

-       No tengo respuesta para tan torpes preguntas, porque no me corresponde saber del futuro sino gozar el presente, mientras tú te preocupas de mi suerte,  mis amos me arrullan y me sirven proteína y leche, ronroneo y con mi suave piel y sin Maullar entienden lo que quiero, subo a la barra de la cocina y salchicha cocida me entregan, en cambio tú, puerca y garrapatosa te has vuelto, te haces pis en la entrada y regaños por doquier recibes, la puerta te han cerrado y mi amo sin hablar te aleja, duermes en el patio sin privilegios y torpe y bruta te consideran.En medio de tal discusión de repente llega BLANCA, la pitbull, cuyos amos son los Álzate Flórez con paso firme y pecho afuera, con un estilo de quien camina sobre nubes, orgullosa de sus caderas.
-       ¿Cuál es la peleadera entre ustedes? ¿Qué es lo que pasa?
-       Nada BLANCA, aquí que MIEL anda aburrida porque ni la dejan subir ahora y entonces se enoja conmigo y me busca pelea.  
-       ¡Ganas de pelearse!  por eso es que esta flaca y ojerosa, ni aquí ni allá, ¡anda con una cara esa perra! En cambio yo toda robusta y caderona, los perros me miran y me desean, ya mi dueña me tiene un novio y solo espero con ansias y me imagino lo que me espera afuera. Dejen de pelar no parecen hermanas, como llegue Pompeyo las hecha a correa.
MIEL con mirada incomoda y jadeando de ira, se contuvo cuanto pudo y entonces dijo:
-       ¡Mira! por qué no te callas y te largas y respetas, aquí estamos las que vivimos arriba y si estoy flaca a ti eso no te interesa, vete a buscar marido y que te claven los que quieran, a mi déjame tranquila que la discusión es con esta gata y no con la que reparte cadera.
-       ¡Oye! ¿pero qué te pasa? Que culpa tengo yo de tú genio, ya tú no eres MIEL, tú como que eres la que se toma el Jengibre del amo.  Sueltas picante y estas más delgada que lombriz de tierra.
Ladrando como toda una patrona, sube FIFI, la Primera, la más vieja de todas, traída por el mismísimo patrón de patrones, el señor FLÓREZ, sus ladridos son ley sin placa de Sherif, es la mandona.

-       A ver ¿coméntenme que está pasando y por qué se están peleando, no les he hablado ya sobre esto?
Mira FIFI lo que ocurre es que estaba discutiendo con Chuchi y ya tú conoces a BLANCA que no sé de qué se las pica, porque por lo menos yo vivo aquí, y a ella sus amos ni siquiera la recogen, hasta donde yo sé, los Álzate Flórez viven como a cien metros de aquí, Sapa es lo que es, porque en vez de ayudar lo que viene es a picárselas de sus maridos, que se la lleven para que la claven si es lo que quiere la come concentrado esa. ¡El día que coma pollo se muere!
BLANCA levanto su mandíbula, dando un ladrido miro toda sería, Miel no se amilanó y sin quitarle la mirada se movió un poco a la puerta, allí estaba FIFI, repartiendo justicia, confiaba en ella.
De repente sube DOUGLAS, traído igualmente por el señor FLOREZ, macho de cara ñata y patas largas, bendito entre las perras, cual rey de las selvas, de raza bóxer que como todo un alemán engreído, olvidaba sumisión, pues la líder era la mandona. Cual exaltado llego con voz de tenor queriendo dar órdenes.
- ¿Cuéntame FIFI, que tenemos?
- Tenemos es mucha gente, bájate de esa nube conmigo.
Cual coreografía sincronizada todos movieron su cabeza, como quien no quiere perder el movimiento de la pelota de tenis y mirando la ya repetida escena. Otra vez a este Douglas le van a cantar la cartilla, pensaron todas.
-           Bueno entonces dime tu Blanca, ¿por qué no sabía de esta reunión?
-           ¡No es reunión dijeron todas!”.
-           Mira pedazo de perro, nadie te ha llamado y si te distes cuenta estamos las perras y la gata, así que, por qué no bajas a ladrar como siempre en la reja, que eso es para lo único que medio sirves y más cuando nadie te asecha.
-           Oye FIFI, amiga, deje la agresividad, te recuerdo que yo soy el macho de las casa y en todos los asuntos debe estar pendiente que nada ocurra y sin novedad. Así que empieza a decirme que ocurre y échate hacia atrás.
-           Macho. Tremendo macho para lo que quedaste, o se te olvida que te castraron y no siquiera a MIEL has montado.  Pura guindareja es lo que has quedado, así por qué mejor no te bajas y nos dejas que nosotras solas arreglamos esto, vete donde el amo a que te de tu comidita en la boquita. 
-           Calma tus celos, no tengo culpa que ande más conmigo que con cualquiera de ustedes.
-           Bueno entre castrados se entienden. Dijo FIFI.
-           ¡aaaa!  Ya esta pelea entre perros me aburrió, dijo Chuchi, mejor me voy. Ustedes todas son iguales y hasta el perro tomo clases con la Parody.
Chuchi brinco al módulo del TV y subió hasta lo más alto, se pasó a la mesa del Computador  y brinco de allí a la barra de la cocina, Douglas Ladró y lanzó manotazo, Blanca intentó con salto alto atraparla en su vuelo y se golpeó con el mesón de la barra
-           ¡DETENTE! Grito FIFI.
 Chuchi les clavo su intensa mirada, orejas tiesas y ojos fruncidos, bigotes hacia atrás indicaban su malestar. FIFI dio un paso atrás pero el atrevido de DOUGLAS se lanzó otra vez hacia ella, quien inmediatamente salto y suazzz, zarpazo en la cara del perro.
-           Retrocede perro torpe, te dije que te fueras perro bobo, dijo FIFI
CHUCHI nuevamente se tranquilizó y se recostó, moviendo su cola y esperado como atalaya una oportunidad para que una vez abierta la puerta del cuarto ingresar en él sin tiempo que perder.
Sin embargo, aún faltaba un miembro más de la familia canina, se extrañaba la falta de presencia de LOLA, alias “Pinscher la Destructora”, quien había desbancado a todas y todos, era la pechichona, tratada cual reina sobre su nicho, comía y dormía en el lugar deseado, no había regaño sobre ella, en el piso, en la cama o montada sobre el hombro de su amo, tenía dominio, se creía la diosa.
LOLA, tan solo tenía unos meses en la casa, y desde inicio se sentía la dueña y por lo general hacia lo que quería, con su andar característico, con trote de caballo galopante, algunas veces, bamboleando sus cuartos delanteros, dando salticos llego a la escena, FIFI le abrió paso, DOUGLAS se postro y BLANCA se sentó, MIEL mantuvo su postura, hacía rato se hallaba echada como si nada fuera con ella, armo el bochinche y como toda floja, cual sirena de mar sus patas estiro y boca bostezo. 
Lola Vio a CHUCHi y entonces pregunto:
-           ¿Aja amiga que hace por allá arriba?
-           Estos animales que no viven aquí y viene a molestar, ya le di su zarpazo al tonto de DOUGLAS para que respete.
-           Ustedes aun no entienden que nada tiene que hacer acá arriba y tu MIEL de qué manera te lo explico, tu puedes ser muy Pompeyo pero el amo quiere que estés abajo ¿acaso no sabes eso?
Pasos gigantes se escucharon subiendo escaleras, entonces como despavoridas BLANCA inmediatamente se escabullo, FIFI dio la vuelta, MIEL se escondió bajo de las patas de la mesa del comedor, DOUGLAS cual perro capado salió apenado, CHUCHI bajo del mesón y camino a los pies del amo, sobo su lomo sobre su pantalones y LOLA la abrazo.
-           Ay amiga que haría sin ti, dame un abrazo, me siento feliz.
LOLA abrazo a CHUCHI, gata y perra se juntaron, un lazo de cariño floreció, desde muy chica cuando llego, fue CHUCHI quien la adopto, casualmente cuando sus gaticas perdió, LOLA criada como felina, distintas especies amigas son.

FIN.






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