miércoles, 9 de agosto de 2017

Hablando con ella



Se acostó a mi lado sin darme cuenta y sin preguntar me tomo de la mano, poniendo la suya sobre mi mano tibia, no quise mirarla y mantuve mi cara opuesta a la de ella, sutilmente la retire evitando enojos y arrebatos de ira.
                        
Mi corazón se hallaba acelerado e inquietado, mis ojos apretados sin desear lo narrado, nervioso sentía mi aliento exhalar en mis respiros ¡Vete por favor, vete! Gritaba el pensamiento ¿qué he hecho para que estés acechándome? Me preguntaba en silencio. 
                       
¡Tranquilo, tranquilo, no pasara nada que tú no sepas! Dijo ella ¿o acaso no sabes que yo vendría aunque no quisieras?  Entonces, recordé que esa tarde, sentado al pie del ventanal, sentí un viento helado sobre mi animosa morada.     
                   
Mire hacia el firmamento y en vez de nubarrones, un cielo hermoso azul cual oleo imaginario era el panorama. Había hablado con mi madre dejando rencores atrás, habíamos hecho las paces y prometimos nunca más volver a llorar.    
                    
Recordé mis compromisos, mi jornada laboral, recordé que fue una tarde mágica, un día muy bonito y algo especial ¿A qué has venido y por qué a esta hora? pregunte con firmeza, mirándola de frente y sin vacilar.        
                
¡Pero que carácter! dijo ella, no mereces mi respuesta, vengo a la hora y el día que yo prefiera, pero no te alteres, hoy vine solo para darte un pequeño abrazo, entiende que finalmente tú y yo, seremos tarde o temprano como sal y arena.
                        
Del infinito vengo y allí volveré, no sufrí antes y no lo haré después, viví y goce la vida y si puedo lo hago otra vez. Are la tierra y coseche sus frutos y en ellos me deleite, ame a mis amigos, a mis enemigos también perdone.

Crecí en medio de una niñez que nunca olvido, mis amigos de ese entonces aun hoy están conmigo, tengo una esposa y unos hijos que adoro y si parto de este lugar, donde quiera los llevo conmigo, me voy tranquilo y sin enemigos.

¡Ya, Ya, pero que fastidio! Visitare otro amigo, mejor me retiro, busca la paz contigo mismo, te noto intranquilo, no estoy del todo convencida, no tengo porque decirlo, tal vez cuando regrese en ese entonces te llevare conmigo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

final de una vida

He aquí un hombre contemplando el final de una vida, nos creemos fortachones, dueños del mundo y nos vamos en silencio, solitarios y am...