Ese espacio, resulta infinito como agujero negro sin saber su destino y peor aún, lo que cae en él es tragado por el despotismo y el egoísmo vil del que cree que con ceder un poco fenece su alma, debilidad mental estulta, propia de la incapacidad irracional de animal egoísta que vive matando a los demás para su sobrevivencia.
¿Cuál es tu queja? Si tu aun abres los ojos día tras día, mientras mi espíritu yace en el suelo de la indiferencia, soportando dardos cual tablero de dianas, monstruo atormentando el cuento de hadas soñado desde la infancia; un mundo de mares, rosas rojas, arcoíris y cantar de aves, arruinando mi vida sin tu presencia.
No me preguntes si estoy bien, cuando tengo atadas las manos como esclavo de tu amor, añorando abrazos y besos pasados que no regresaran como el agua que continua su cauce en en rio desbordado, enseñanza desvanecida del pensamiento positivo, mientras tu profanas el pacto sagrado de amor eterno, respeto y compasión.
Olvidaste que mis dones no están en mis bolsillos ni en cuentas bancarias, lo mío es el cariño sincero y la sutileza incluso para disentir, olvidaste que el mundo no siempre gira a tu alrededor y con un simple abrazo te bajaría las estrellas sin excepción, olvidaste que la música es universal y mi canto aun desafinado tu nombre grita al hablar.
Fuiste el faro que guio mi nave, estrella de David que ilumino mi camino, me disté la mano y te soñé venir, castillos cuales monarcas apostados en la parte mas alta de la montaña, si, así te vi y así me vi, estúpida mente limitada, debí ver más allá, heme aquí en mi encierro en la parte más alta de mi Palacio Real, cuya torre medieval visioné y hoy es el sepulcro que me mata y me impide vivir.